Cómo bañar a tu bebé



El baño del bebé

Diversión en el agua para los más pequeños. Los padres empiezan a tener muchas dudas sobre el baño del bebé mucho antes de que los padres le den el primero. Algunas de ellas se responden por sí mismas.
Ina Ilmer
de Ina Ilmer
Comadrona y madre

¿Cuándo hay que bañar al bebé por primera vez?

A muchos recién nacidos se les da su primer baño después de su nacimiento. La comadrona o el papá lo bañan de manera tradicional. Algunas comadronas aconsejan no bañar al bebé después de nacer puesto que el unto sebáceo posee propiedades que protegen la piel de los recién nacidos. No obstante, no está presente en la piel de todos los bebés al nacer. Por otro lado, si se baña el bebé tras el parto, se le «roban» unos minutos esenciales al vínculo maternofilial (bonding) en los primeros momentos juntos.
El primer baño en casa debería tener lugar una vez se haya caído el ombligo y esté totalmente curado. Así se minimiza el riesgo de que puedan entrar gérmenes en la herida del ombligo y provoquen infecciones.
Muchos padres temen el momento del baño durante las primeras semanas después del nacimiento. Dudas sobre cómo conseguir la temperatura correcta o cómo agarrar al bebé de forma que pueda disfrutar del baño sin que se nos resbale se van esfumando con la rutina del baño. A la hora de dar el primer baño se recomienda solicitar la ayuda de una comadrona, que le podrá dar consejos sobre cómo bañar a bebés y niños pequeños. También es mucho más relajado si los dos padres están presentes ayudándose durante el baño.

¿Con qué frecuencia se debe bañar a los bebés?

A modo de ritual de relajación diario o como baño semanal, tú eres la que decides con qué frecuencia bañas a tu bebé. Los pediatras suelen recomendar dar de uno a dos baños semanales durante las primeras semanas de vida. Si vives en una zona donde el agua es muy dura, se le puede resecar la piel al bebé si lo bañas con demasiada frecuencia. Para que esté limpito, suele ser suficiente con lavarle regularmente con una manopla húmeda y caliente la cara, las manos y el culito. Normalmente no es necesario añadir productos para el baño.
Como regla general a aplicar te recomendamos que bañes al bebé cuando esté sucio. Durante los primeros meses está sucio solo cuando el bebé ha regurgitado demasiada leche o el pañal no lo ha podido retener todo. En cuanto empiece a gatear ya será necesario que lo bañes bien con mayor frecuencia.

¿Dónde baño al bebé?

¿En una bañera o en un cubo bañera? Esta es una pregunta que se plantean muchos padres ya con los preparativos previos al parto. A menudos las comadronas y los pediatras no se ponen de acuerdo. Como en muchas otras cosas del bebé, lo mejor es probar cuál es la opción que mejor os va a vosotros. También se puede utilizar el lavabo (si presenta las dimensiones adecuadas) para bañar al bebé. Te recomendamos que bañes a tu bebé donde os sea más cómodo y agradable.
Independientemente de donde lo bañes, el aspecto de la seguridad sigue siendo fundamental. Nunca se deberá dejar al bebé ni a un niño pequeño en el agua sin vigilancia porque los accidentes ocurren en cuestión de segundos.
Si bañas al bebé en el lavabo, tienes que asegurarte de que no pueda abrir accidentalmente el grifo del agua porque si el agua está demasiado caliente podría sufrir quemaduras. Por eso, lo mejor es cambiar brevemente al agua fría al terminar de llenar el lugar donde se va a dar el baño.

El baño del bebé, paso a paso

Por regla general, es preciso seguir los siguientes pasos a la hora de bañar a un bebé:
  1. Preparar todo lo necesario para el baño de manera que esté a mano: agua a 37 grados, manoplas y toallas suaves, pañales. Si tu bebé ya tiene pelo, necesitarás también un cepillo. Comprobar siempre la temperatura del agua con un termómetro. Como los bebés pequeños perciben el dolor con retraso, reaccionan mucho más tarde que los niños más mayores al agua caliente, de manera que pueden sufrir más fácilmente una escaldadura dolorosa y peligrosa.

  2. Si vas a utilizar una bañera para bebés, tienes que llenar 3/4 partes de agua, aunque el tamaño de tu bebé también es decisivo.

  3. Calienta previamente la zona del cambiador. Para los bebés son muy desagradables los cambios de temperatura. Así, si se calienta previamente la zona del cambiador se minimizan los cambios bruscos de temperatura y el riesgo de que se resfríe. Una toalla con capucha ayuda también a que no se enfríe.

  4. Desnuda al bebé. Observa si el bebé se encuentra lo suficientemente cómodo para adentrarse en la aventura de la bañera. Los bebés que ya hayan tenido experiencias positivas en el agua caliente se pueden bañar cuando no estén de tan buen humor. A menudo el baño sirve, al igual que en el caso de los adultos, para tranquilizarse y relajarse. Los bebés que tienen gases o molestias abdominales también se tranquilizan con un baño caliente.

  5. Desliza al bebé lentamente en el agua para que no se asuste. Ve contándole lo que estás haciendo o cántale una canción, esto sirve para tranquilizar a los bebés que son más miedosos. Mantenlo siempre bien sujeto en la palma de tu mano. Deja que una comadrona te explique exactamente cómo sujetar al bebé.

  6. Limpia al bebé suavemente con ayuda de una manopla. No te olvides de limpiar también los pliegues en la piel y esos puntos a los que es más difícil acceder como entre los dedos de los pies, detrás de las orejas o en las arrugas del cuello. Deja el pelo para el final para que no se enfríe por la cabeza.

  7. Tú decides si prefieres utilizar champú, loción o jabón. Si deseas bañar al bebé con un poco de aceite, por ejemplo para eliminar costra láctea de la cabeza, ten en cuenta que al sacar al bebé de la bañera su piel estará especialmente resbaladiza. También se dice que un chorro de leche materna en el agua resulta eficaz contra la piel seca.

  8. Después del baño, seca al bebé lo mejor que puedas antes de vestirlo. Para evitar irritaciones o infecciones en la piel en los pliegues, es muy importante secar bien todas esas partes sin frotar. Muchas comadronas recomiendan asimismo secar al bebé cuidadosamente con el secador de pelo. En tal caso, es especialmente importante cubrir el pequeño pene del bebé con una toalla o manopla para que no se pueda producir ningún choque eléctrico.
El baño del bebé debe durar entre 5 y 10 minutos para que no se enfríe demasiado. Lo mejor es tener siempre un reloj a la vista.

Estas son las cosas que necesitas para que el bebé pueda jugar y chapotear con tranquilidad:

Jabón y champú

En el caso de recién nacidos, puedes prescindir del jabón y del champú y limpiarlos bien con agua. Para cuidar esa piel tan delicada resulta adecuado un aceite para el baño. Cuando el bebé sea más grande, puedes elegir entre dos productos separados o un práctico gel para todo el cuerpo, que es una excelente opción mientras el bebé no tenga mucho pelo. La piel del bebé es cinco veces más fina que la de los adultos, por eso es preciso que utilices un producto suave, que no esté perfumado, que no irrite los ojos y que esté indicado para la piel sensible del bebé.
A los bebés más grandes y niños pequeños les encantan los productos especialmente desarrollados para ellos: que huelen bien (a sandía o chicle), hacen mucha espuma, colorean el agua con tintes inofensivos y cuyo envoltorio está decorado con una princesa o un pirata.

Baño de espuma

Probablemente no exista ningún bebé al que no le encante estar sentado y chapotear en una bañera llena de espuma. ¡Pues adelante! Utiliza para ello un producto sin perfumes adecuado para pieles sensibles y asegúrate de que el bebé no se beba el agua del baño.
Evita los aceites esenciales hasta que el bebé ya sea un niño, porque pueden provocar convulsiones peligrosas, especialmente en bebés. Lo más divertido de la bañera son las pompas de jabón: de colores, totalmente inofensivas y una forma excelente para practicar el agarre.

Manoplas y toallas

Por supuesto son suficientes una manopla común y una toalla normal. Pero las manoplas y toallas diseñadas especialmente para los niños les resultan mucho más divertidas. ¡Y a los padres también les encantan! Hay toallas con divertidas orejas de animales en la capucha o con hadas, coches de bomberos o animales bordados.
Las manoplas se colocan sobre la mano y se convierten así en divertidas marionetas de felpa. Y seguro que tú bebé no tendrá ningún reparo en que un lindo gatito le quiera limpiar la barriguita.

Termómetro para la bañera

Al principio no es tan fácil conseguir la temperatura ideal del agua, que no debe estar ni demasiado caliente ni demasiado fría. Por eso, mientras el bebé sea pequeño, lo mejor es que utilices un termómetro para la bañera. La temperatura óptima para el bebé son 35 grados.

Juguetes

¡Y ahora a disfrutar en la bañera! El tradicional pato de goma sigue siendo un amigo fiel en la bañera, pero el mercado está lleno de alternativas como recipientes con agujeros, barquitos y animalitos que lanzan agua. Compra juguetes que satisfagan la curiosidad de tu bebé y asegúrate siempre de que no puedan desprender piezas pequeñas que tu bebé se pueda tragar.

A los bebés les encanta lo siguiente:

  • Vasos y otros recipientes que pueden llenar de agua y luego verter o recipientes que tienen agujeros en la base con los que pueden hacer que llueva en la bañera
  • Barquitos y animales marinos que pueden flotar y no se hunden
  • Manoplas con figuras divertidas
  • Formas, letras y números que se pueden fijar a la bañera o a las baldosas
  • Muñecas resistentes al agua para abrazarlas durante el baño
  • Pinturas especiales para el baño que se quitan fácilmente de la piel o de la bañera
  • Animalitos que lanzan agua (¡Atención! Estos divertidos animalitos crean fácilmente moho en su interior. Después del baño, vaciarlos bien y cambiarlos de vez en cuando)
  • Tazas y platos de plástico para tomar un café en el agua (solo cuando tu hijo tenga la edad suficiente para saber que no debe beber el agua)

Cómo guardar los juguetes de la bañera

En algún momento la diversión en la bañera tiene que llegar a su fin. ¿Pero dónde metes los juguetes? Para ello existen unas bolsas de red provistas de ventosas para adherirlas a las baldosas o que se pueden colgar y donde los juguetes se pueden secar fácilmente. También se puede utilizar una caja de plástico sin tapa.

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